Puente Madre Laura podría desatar guerra entre combos

Puente Madre Laura, proyección - Secretaría de Movilidad de Medellín - Con licencia Creative Commons

 A escasos dos meses de que finalicen los trabajos del Puente Madre Laura, una preocupación viene cobrando fuerza entre habitantes y varios analistas de seguridad de Medellín: la apertura de esta nueva vía podría generar una confrontación armada entre los combos de ambos lados. Las razones: expandir su territorio, controlar actividades ilegales y fortalecer sus aparatos de guerra.

Las obras, que según datos oficiales avanzan en un 80%, estarían siendo concluídas para diciembre de este año. El puente conectará directamente a las comunas 5 (Castilla) y 4 (Aranjuez), pero su área de influencia será mucho mayor, conectando así toda la Comuna Nororiental (Comunas 1, 2, 3 y 4) con la zona noroccidental de la ciudad (comunas 5 y 6).

Gregorio Henrríquez, antropólogo e investigador en temas de violencia y conflicto urbano, es una de las voces que llama la atención sobre esta situación. Según explica, hay múltiples variables a la hora de abordar el asunto.

“Si planteamos una conexión que inicia desde la comuna 8, pasando por la comuna nororiental, para luego atravesar el río y llegar hasta la zona de castilla; y si planteamos que un grupo tenga el dominio de toda esa zona, hablaríamos de un grupo que tendría el control de la salida al Mar. Una vía estratégica desde donde llegan muchas cosas a la ciudad”, señala.

Hennríquez ilustra la importancia que esa conectividad tendría para los actores armados que hacen presencia tanto en la zona de Castilla, como en la comuna nororiental.

“Tener esa conectividad que genera el puente es esencial para mover armas, drogas y personal. Además que tendríamos que pensar en otras cosas como, por ejemplo, caletas, puntos de aprovisionamiento y rutas de escape”, dice.

Adicional a esto, otras variables entran en juego a la hora de abonar terreno para realizar proyecciones.

El puente Madre Laura conectará directamente la comuna 5 de Castilla (Izquierda) con la comuna 4 de Aranjuez (Derecha) - Secretaría de Movilidad de Medellín - Con licencia Creative Commons

Según el último informe de calidad de vida Medellín Cómo Vamos 2014, publicado a mediados de este año, la tasa de homicidios en la ciudad se ubicó en el último año en 27,0 por cada cien mil habitantes. Una cifra inferior al 38,2 de 2013 y al 52,3 de 2012.

Sin embargo, para la zona de influencia del puente, específicamente en la comuna de Castilla, la tasa de homicidios pasó de reportar 28,4 asesinatos por cada cien mil habitantes en 2012, a 30,3 en 2013, para luego alcanzar un 36,7 al cierre de 2014. Un incremento sostenido que indica la delicada situación de seguridad en esta zona de la ciudad.

Comportamiento de la tasa de homicidios en todas las comunas de Medellín - Gráfica tomada del Informe Medellín Cómo Vamos 2014

Fernando Quijano, director de CORPADES, resalta a Castilla como uno de los lugares que más bandas tiene en la ciudad y destaca que su actual situación de inestabilidad es uno de los argumentos que favorecen la teoría de una confrontación causada por el Puente.

“Hay más de 350 bandas que operan en la ciudad. Todas sometidas al Pacto del Fusil, un convenio de no agresión acordado entre La Oficina y Los Urabeños al que se adhirieron todas sus bandas asociadas. Sin embargo hay algunas zonas en dónde se presentan fracturas, como Loma San Cristóbal, La Capilla, Belén Rincón, Los Juaquinillos y Castilla”, señala.

Quijano hace enfásis en la importancia del Pacto del Fusil, y señala que todo escenario que se proyecte en el futuro debe pensarse en términos de si éste se mantiene o se cae. En otras palabras, habría que esperar como se desarrollan los acontecimientos. Sin embargo, señala que si hay intereses estratégicos sobre el puente que refuerzan la idea de una confrontación a futuro.

“Si continúa el Pacto del Fusil y si están fusionadas parte de las bandas en las dos estructuras (Urabeños y Oficina) difícilmente se podrían presentar enfrentamientos. Otra cosa sería si hay una ruptura en el acuerdo y si esas estructuras presentan divisiones internas. El estallido de una enfrentamiento depende de eso. De todas maneras hay que resaltar que quién controla el puente controla un corredor importante para el transporte de mercancías ilegales, de hombres y de muchas otras cosas”, dice.

Carlos Arcila, vocero de la Mesa de Derechos Humanos del Valle de Aburrá y líder social de la Comuna 6, opina que la obra no solamente unirá lo bueno, si no que también unirá lo malo. Y llama la atención sobre el papel que los gobiernos deben tener para que un escenario de este corte no vaya a presentarse.

“Yo creo que la obra es un acierto, es una ayuda para la movilidad y para mejorar las condiciones de vida de su zona de influencia. Pero también puede prestarse para que ocurran situaciones que van en contravía de los derechos fundamentales.Es importante que el Estado intervenga para que esos grupos armados no tengan tanta movilidad”, opina.

Con un largo de 786 metros, esta obra será el viaducto intraurbano más grande del país y según datos de la Secretaría de Infraestructura del municipio su costo sobrepasa los $205.000 millones de pesos. Paralelo a la vía por donde rodarán los carros serán construídos más de 76.000 metros cuadrados de espacio público.

Por el momento el debate continúa abierto, mientras se espera cómo se desarrollan los acontecimientos.


@JacoboBetancur